20 de junio de 2011

LAS BRONCAS DE PAREJA

Daniel Goleman en su libro “Inteligencia Emocional” nos habla de las peleas que se producen dentro de la pareja.
Gran parte del fracaso de las relaciones de pareja se deben a las diferencias existentes entre los mundos emocionales de los hombres y las mujeres. Se produce el fracaso cuando repetidamente se ataca a la persona en vez de expresar malestar por la conducta del otro.

La situación puede ser la siguiente:
Comienza una discusión. El ritmo cardiaco de la pareja comienza a subir hasta llegar a 100 pulsaciones por minuto. Entonces se dispara la secreción de adrenalina y de otras hormonas que mantienen elevado el estado de estrés durante un buen rato. Las emociones alcanzan una intensidad extraordinaria, la perspectiva del sujeto se estrecha y el pensamiento también. No existe la menor posibilidad de poder asumir el punto de vista del otro y tratar de solucionar las cosas de un modo razonable. Entonces el otro se siente desbordado, he interpreta todo lo que el otro hace de forma negativa. El desbordamiento emocional se produce con mayor facilidad en los hombres. Consiste en un encerramiento en uno mismo, de esta manera el ritmo cardiaco desciende, y se produce un consuelo. Pero cuando le ocurre esto en los hombres, el ritmo cardiaco de las mujeres asciende. Las mujeres son más emocionales que los hombres y no comprenden la postura del otro de encerramiento.

¿Qué hacer?
  • Por supuesto atajar la discusión a tiempo para evitar llegar a este extremo.
  • Utilizar la empatía, ponerse en el lugar del otro. Escuchar con atención al otro. Esto debe ser al principio de la discusión, antes de que salten las alarmas.
  • Controlar la tensión: desarrollar la capacidad de tranquilizarse a uno mismo y tranquilizar a la pareja. Si sube mucho la tensión es mejor retirarse, relajarse, y luego, en todo caso, continuar.
  • Controlar los pensamientos negativos.
  • Hablar al otro de modo no ofensivo ni defensivo. El respeto y el amor hacia el otro ayudan a alcanzar este objetivo.


Estamos acostumbrados a actuar de una determinada manera cuando discutimos, y lo hacemos automáticamente. Debemos entrenarnos en dar respuestas emocionales más positivas.

3 comentarios:

  1. Soy de los que piensan que una pareja no discute cuando no se habla. Lo absurdo es pasar la vida discutiendo. En la relación de pareja, como en cualquier otra relación personal -en mi modesta opinión- no se debe evitar expresar lo que se siente o se piensa, pero sin perder nunca el respeto a la otra persona, sin gritar, ni -por supuesto- nada peor que eso... Los consejos de Goleman, como siempre, son muy buenos.
    No obstante, si somos consecuentes, es verdad eso de que "después de la tempestad viene la calma". Y, hay reconciliaciones maravillosas. ¡Doy fe!

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  2. Muchas gracias por tu comentario Paco. A mi lo que me llama la atención es que hay un patrón masculino y uno femenino a la hora de expresar el desacuerdo. Ya se que es una generalización y que hay personas que se salen del patrón, pero normalmente es así. O al menos así es en mi entorno, en las parejas que conozco.
    Espero que pases un buen verano.

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  3. Perdóname la tontería, Ana (llevo más de doce horas, hoy, preparando un Power Point para una conferencia de una hora, soy torpe, y estoy cansado... esa es la justificación para decir tonterías), además lleva segunda intención, pero es broma:

    -Yo creo que sólo hay un patrón femenino... Y "donde manda patrón no manda marinero".

    Perdón... otra vez.
    Un besito.

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