17 de diciembre de 2010

AYUDA A TU PRÓJIMO SIN HACERLO DEPENDIENTE

niño sumando
Este consejo tiene dos partes: 
1ª Ayuda a tu prójimo
2ª No hagas a las personas dependientes de ti
Ayudar al otro vuelve a ser un consejo elemental. Cuando ayudamos nos sentimos bien, hacemos sentir bien al otro y creamos un vínculo positivo con él. Pero es precisamente ese vínculo el que puede ser perjudicial cuando se convierte en una relación de dependencia. Y volvemos a hablar de libertad, de la libertad de la persona dependiente y del que ayuda. El que una personilla necesite que le cambies los pañales y le des muchos abrazos entra dentro de la dependencia lógica y sana. Que un anciano necesite tu apoyo para caminar o que le ayudes en otras tantas cosas, también es natural. Igual que necesitamos fontaneros, panaderos, etc. La dependencia patológica, en cambio, ocurre cuando el dependiente es incapaz de resolver sus propios asuntos sin la ayuda de la otra persona. Esto vuelve al dependiente, pasivo, débil, inmaduro, incluso depresivo, pues no se considera con la valía suficiente como para afrontar el día a día. Duda de su propia opinión, no es capaz de dar un paso sin el apoyo del otro, y si este otro no puede atenderle se siente perdido y desvalido. Y la persona que ayuda se siente abrumada con tanta responsabilidad y sin espacio para sí misma. Ambas pierden libertad.
Por todo esto hay que tener cuidado a la hora de ayudar a los demás. Es como cuando se habla del tercer mundo, lo interesante es ayudarles a ser autónomos y no dependientes. 
Pues bien el 11º consejo de Gurdjieff a su hija fue:


Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente 

2 comentarios:

  1. Estás hablando de mí ¿verdad?
    ¿y cómo se sale de esto?

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  2. je, je, no me refería a tí. De todos modos, en todo caso, tu serías la parte fuerte. Muacc

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