No queda bien hacer un favor y luego estar recordando al otro el trabajo que nos ha costado hacerlo. Porque entonces le estamos restando valor a lo realizado. Y además el beneficiario del servicio se sentirá incómodo. Como padres no debemos decirle a nuestros hijos los grandes sacrificios que hacemos por ellos, entre otras cosas porque es lo que nos corresponde y ellos no tienen la culpa de necesitar de nosotros. Ya se ocuparan ellos de sus hijos.
El consejo 73 de Gurdjieff a su hija fue:
Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos
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