13 de enero de 2011

AYUDA AL OTRO A AYUDARSE A SI MISMO


Sabemos que es más efectivo enseñarle a alguien a realizar sus tareas autónomamente, que darle resuelto el problema. Porque en este último caso, volverá a requerir ayuda la próxima vez que se le plantee el conflicto. Si no le enseñamos a ser autónomo, seguirá siendo dependiente, será un esclavo de su incapacidad. Es más satisfactorio enseñar al pajarillo a que vuele y verlo volar.
Hablamos de las habilidades necesarias para realizar determinadas actividades. Pero también y fundamentalmente, de las habilidades psicológicas y sociales necesarias para vivir con paz y felicidad.
Pensemos en un niño. Le enseñamos a vestirse, a comportarse adecuadamente en sociedad, a utilizar su intelecto en sus tareas escolares y a conocerse, quererse, a manejar de forma adecuada sus emociones, a ser una buena persona. Le intentamos enseñar como ser felices.
Cuando se habla del tercer mundo se utiliza este mensaje de mejor enseñar a construir un pozo que hacérselo. Pero parece como si los ricos en realidad no quisieran fomentar la autonomía de los pobres, sino mantenerlos dependientes. Al final no se erradica la pobreza, no se les enseña lo suficiente para que salgan de ella, las ayudas económicas se pierden, les enviamos nuestra basura tecnológica y nuestros soldados.
El consejo 38 de Gurdjieff es:

Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo

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